18.7.09

- Y no vamos a volver a estar juntos nunca más?.
- No sé, nunca es una palabra muy amplia. Pero ahora estoy seguro de que no.
- Porque hacés eso? No dejes más ventanas abiertas, decime que sí o que no.
- Es que no se lo que puede pasar. No sé si nunca vamos a volver, algún día quizás.
- Ojala algún día sea hoy y nunca no existiera más.
- Qué?
- Nada, nada. No me abrases, me vas a hacer llorar.
- No me pongas en ese lugar.
- Vos te acomodaste solo ahí.
- Bueno tranquilizate dale?.

Y se tranquilizó, tuvo que hacerlo, siempre tenía que hacerlo sino se desmoronaría, y ella sabía bien lo que se sentía y no quería exprimentarlo de nuevo. Llego a su casa, se acostó, se tapó con la manta todo el cuerpo, incluso la cabeza y ... esa noche también lloró. Estaba cansada de derramar lagrimas, cansada de no poder hacer nada, cansada de confiar y volver a caer y se acordaba de aquella conversación que ahora parecía tan lejana...

[- Te quiero Lu.
- Que raro vos diciendome algo lindo.

- Jaja perdón (palabras que pronunció sonrojada).
- Yo también, pero no entiendo porque estas así.
- No quiero engancharme, de hecho, es algo a lo que le tengo terror.
- Pero no tiene nada de malo, además que te pensas que me esta pasando a mí?.
- No sé Lu.]

Ahora aquella charla tenía mucho más sentido en su cabeza, se daba cuenta de que lo que temía no era el engancharse sino el después. El sufrir, el ser lastimada, el no corresponder. Mientras seguía enserrada en lo que era su mundo debajo de la frazada juró que no volvería a tener un gran amor, ni enamorarse ni ser feliz, no podía soportar más abandonos. Y se acordaba de cuando el la abrazaba y la hacía sentir segura y feliz. Recordaba cuando caminaban de la mano, cuando le daba un beso y cuando él la mordía con ese ruido de chanchito que ponía. Se acordaba también de las horas hablando por telefono a larga distancia, y de la vez que escribió en la arena Ludo y Maca.
Ella había jurado no volver a enamorarse, pero quién puede evitar las ganas de que las mariposas revoloteen en la panza?. Pero podía vivir sin eso, prefería vivir sin eso a vivir con la impotencia de seguir así, y de cuestionarse porque esos momentos no podían ser eternos?. Porque Ludo no podía encontrar la felicidad en ella como ella se sentía completamente feliz con él?. Y, lo más importante de todo, como es que él podía olvidarla después de haberla querido como nadie?.



Macarena Stefanía

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